Proyecto Pachamama: el amor al campo y la sabiduría ancestral como oportunidad de transformación territorial


Cindy Paola Valencia / Foto: cortesía

La oportunidad que tuvo Cindy Paola Valencia durante su carrera de conocer y convivir con comunidades indígenas y campesinas, despertó en ella algo más que una vocación social. Cindy es una joven bogotana de 28 años egresada de la Universidad Nacional de Colombia como médica veterinaria y actualmente lidera un proyecto donde logra plasmar no solo su vocación de servicio, que formó durante su carrera, sino también su pasión por contribuir en soluciones a las problemáticas sociales existentes en el ámbito rural.

Su primera experiencia de conexión con estas comunidades la tuvo cuando decidió irse de mochilera durante tres meses a Puerto Leguízamo (Putumayo), lugar en el que además de convivir con una comunidad indígena, conocer su cultura y sus tradiciones, logró evidenciar una problemática de gran alcance y afectación a la salud de sus habitantes: la no potabilización del agua.

Fue así como al regresar a la Universidad, decidió proponer la Caracterización sociocultural en torno de la calidad del agua de una comunidad indígena en el Putumayo como proyecto, a partir del cual, luego de unos muestreos que corroboraron efectivamente que el agua no era tratada (pese a tener una planta de potabilización muy cerca a la comunidad), pasaron los resultados a la Alcaldía de Leguízamo quienes empezaron a prender la planta de potabilización, lo que permitió mejorar la calidad de vida a los habitantes de la comunidad. A partir de esto, Cindy reafirmó su gusto por trabajar con la gente, por lo que al momento de su pasantía decidió ir a trabajar en una granja orgánica en la comunidad campesina de Sumapaz.

El páramo más grande del mundo

Con la precisión de quien le tiene gran cariño a lo que conoce, al hablar de su pasantía, Cindy describe con detalle lo que resultaría siendo una de sus experiencias más determinantes en su futuro profesional. “En mi pasantía trabajé la reconversión de las producciones agrícolas, esto fue en la comunidad campesina de Sumapaz, localidad que hace parte de Bogotá y está a tan solo 2 horas, donde está ubicado el páramo más grande del mundo, imagínate lo importante que tenemos a tan solo 2 horas de Bogotá. Allí hay un problema muy marcado que son los monocultivos, lo cual recarga el suelo al cultivar muchas veces el mismo alimento, dañando la flora y la microfauna existente y afectando obviamente la absorción de agua y todos los problemas que eso lleva”, señala.

Adicional a los problemas ambientales que eso conlleva, Cindy explica que también están los problemas sociales, y es que al ser una comunidad campesina que pasó de producir muchos alimentos, a producir específicamente dos a raíz de la demanda de Bogotá, también dejan de consumir ciertos tipos de alimentos cambiando así su tradición gastronómica.

“En mi pasantía evidencié gracias a la Secretaría de Salud, que la comunidad sufre de desnutrición crónica y la gente se pregunta ¿pero cómo si ellos están cultivando y son campesinos?, pero no la sufren por falta de alimentos, sino por falta de calidad en sus alimentos. Entonces ellos dejaron de consumir en su gran mayoría verduras, que pueden y podían cosechar, y ahora su dieta se basa en papa, arroz y carne, entonces eso lleva a deficiencias nutricionales muy marcadas que están llevando a que en este momento en la localidad tengan una desnutrición que ya es crónica”, señala.

Es ahí donde Cindy entra con su pasantía, a ir de visita en visita a cada una de las fincas de los campesinos a vincularlos y ayudarlos a hacer esa reconversión. Darles a conocer cómo pueden montar su huerta familiar, qué debería tener esta sin necesidad de tener grandes insumos, qué beneficios tiene para su salud, enseñarles, en definitiva y aunque suene paradójico, a que retomen sus prácticas anteriores: “Eso es lo que enfatizo, en ver cómo la necesidad de la ciudad está haciendo que se transformen las comunidades directa e indirectamente”.

Proyecto Pachamama  

Luego de graduarse en el año 2019, Cindy, partiendo de todos los conocimientos que tiene y desde lo mucho que sabía podía aportar, decide crear Proyecto Pachamama, un emprendimiento que consiste en la elaboración de productos medicinales y cosméticos a partir de plantas cultivadas por mujeres campesinas de Sumapaz: “¿Por qué mujeres? Porque en la localidad y en la ruralidad es muy cotidiano ver que las mujeres no tienen empleos, ellas se dedican solo a las labores de su casa y al cuidado de los niños. Entonces, desde mi proyecto quiero vincularlas, generar ese empoderamiento sin que deban salir de su cultura del cuidado y del amor, más bien reivindicándolo, al igual que esa dedicación que ellas tienen hacia las plantas, hacia el cuidado, toda esa sabiduría ancestral y ese conocimiento de medicina que ellas tienen”.

Proyecto Pachamama pasó de la idea a la acción iniciando con una buena acogida no solo en las distintas convocatorias donde se presentaba, sino también entre los clientes que probaban los productos. Parte de ese buen comienzo fue gracias a Doña Olga, una mujer campesina de Sumapaz a quien Cindy conoció en su pasantía y logró vincular al proyecto comprándole algunas plantas. Debido a la pandemia, Cindy no ha podido continuar comprando las plantas en Sumapaz, sin embargo, esto no detiene su propósito, por lo que continúa su causa comprando las plantas en la plaza de Paloquemao para seguir contribuyendo con la economía solidaria y campesina.

La esencia detrás del producto

Johan Martínez es un publicista que se vinculó al Proyecto y ayudó a aterrizar el concepto de marca, fue así como buscándole la esencia a la idea, definieron 3 líneas de productos:

  • Línea ancestral: línea medicinal en honor a todos los conocimientos ancestrales alrededor de las plantas y cómo ellas pueden no solo brindar calidad de vida, sino también energía. Esta línea incluye pomadas para dolores musculares y articulares, aceites medicinales, alcoholes, entre otros.
  • Línea curandera: en honor a lo que significa la mujer en cuanto al cuidado, combinar los conocimientos ancestrales con lo que está ahorita en vanguardia, ofreciendo aguas multiflorales para el rostro, mascarillas para el cabello a partir de sábila, romero, aceite de coco y un activador de crecimiento de cejas y pestañas que es a partir de aceites vegetales.
  •  Herbívoro: línea en honor al venado cola blanca de Sumapaz. Es la línea para caballeros, que ofrece un tónico de barba a partir de un complejo de aceites que van a ayudar a que el vello esté más fuerte, crezca brillante y manejable.

“Buscamos que cada línea tenga una esencia, un trascender, en el concepto que queremos que sea un emprendimiento social y el día de mañana una empresa con impacto social”, asegura Cindy, quien además resalta su experiencia en LISA y lo mucho que le ha servido no solo para definir su proyecto sino también a nivel personal: “Para mí el proyecto LISA es una apuesta excelente para impactar en el territorio, que no solo se basa en los conocimientos sino en la persona, en quién soy y cómo con mis cualidades puedo impactar a un territorio, puedo aportar y a su vez ayudar y estimular a más personas. Porque también de eso se trata, no solo ser yo, la cara de Pachamama, sino Doña Olga, y como ella, otras mujeres campesinas; sin ellas mi idea no sería la misma, y no le tendría tanto amor a lo que hago”.

Sobre el Laboratorio de Innovación Social Adaptativo (LISA) 

Este programa busca contribuir a la reconciliación por medio de la alineación de los proyectos en los municipios y el desarrollo de capacidades para contribuir a la solución de las problemáticas existentes. Estos enlaces juveniles tendrán las capacidades necesarias para fomentar el empoderamiento social y económico, además de la generación de redes de contacto llevando a la promoción de acciones de concientización y movilización que contribuyan a la seguridad y a la convivencia de los territorios; de esta manera se logre la generación de acciones de transformación social y personal.

Sobre el Programa de Alianzas para la Reconciliación de USAID y ACDI/VOCA

Es una iniciativa de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y ACDI/VOCA que promueve alianzas transformadoras para generar acciones de movilización e integración económica, social y cultural en 24 municipios y ciudades con mayor presencia de población migrante venezolana, y de gran importancia para la reconciliación. Además, buscan resaltar la importancia de la memoria e identidad como herramienta de transformación y crear agentes de cambio inspirados en cuatro pilares: Confianza, Respeto, Empoderamiento y Diálogo.