Laura Manga, una lideresa que desea cambiar el mundo desde una ‘cuadra bacana’ en Barranquilla

Laura Manga/ Foto: cortesía

La joven barranquillera Laura Manga gracias a sus proyectos e ideas se ha convertido en una representante femenina del liderazgo colectivo en esta capital.  De igual forma se destaca por ser una defensora que busca contar y visibilizar historias positivas del territorio que ella denomina como los “sures” en Barranquilla tanto en la localidad suroriente como en el suroccidente. Todo esto bajo la consigna “en los sures somos más cultura que violencia”, dice Laura. Ella es una de las jóvenes participantes del Laboratorio de Innovación Social Adaptativo, LISA, una iniciativa del Programa de Alianzas para la Reconciliación de USAID y ACDI/VOCA.

En febrero de 2021 empezó la aceleradora de liderazgos LISA, en donde 130 jóvenes del país fueron seleccionados para ser formados en tres ejes: ser, territorio, y comunidad. Esto, para contribuir al desarrollo de las regiones a través del fortalecimiento de los proyectos y liderazgos de estos jóvenes. LISA es una iniciativa del Programa de Alianzas para la Reconciliación de USAID y ACDI/VOCA, en cooperación con la Consejería Presidencial para la Juventud, Fundación Corona y la Escuela de Administración de Negocios, EAN.

La idea de Laura fue una de las seleccionadas entre las 815 postulaciones de LISA. Esta administradora de empresas, egresada de la Universidad Simón Bolívar, a sus 28 años, está empeñada en recuperar el espacio público de Barranquilla a través del arte y la cultura creando lazos entre los vecinos y su entorno. “Siempre he creído que cambiar una cuadra puede cambiar el mundo”, afirma.

Desde siempre Laura ha tenido la vocación de servir y de ayudar a los demás a contar historias para “tejer espacios de esperanza” sobre todo en el barrio La Luz ubicado en el suroriente de la ciudad donde nació y se formó. Esta joven se describe como orgullosamente del sur y proveniente de los sectores populares. “Me encanta que el sur vaya cambiando esa estigmatización y esté empezando a contar esos ejemplos bacanos de vida que contribuyen a que mi barrio La Luz sea un entorno de esperanza”.

Laura recordó cómo lamentablemente los niños desde muy pequeños empiezan a conocer el olor de la marihuana en este sector y a familiarizarse con las llamadas ollas de droga y el microtráfico de estupefacientes en las calles de este barrio.

También recordó que gracias a su madre cabeza de hogar pudo salir con su familia adelante. Así evocó aquellos días que junto con su hermana cruzaba el denominado Puente del Pekín, que en un momento fue un nicho de delincuencia, narcotráfico y de fronteras imaginarias para las bandas criminales que se enfrentan en estas zonas.

Esto la llevó a hacer una investigación en la cual encontró que habían asesinado alrededor de 22 personas en solo el sector de este puente.

“Encontrar esa cifra es lo que más me motivó, porque pensé que esto no puede volver a pasar. También a pocas cuadras hay un colegio femenino y en esa zona lastimosamente hubo una violación y un asesinato de una niña de 4 años. Y me dije que ha pasado mucho tiempo desde que me fui del barrio y poco ha cambiado. Mi interés surge en poder cambiar esa realidad”.

En 2018 en su oficina comenzó a pensar y a buscar una iniciativa para regresar a su barrio en La Luz con el fin de aportar soluciones que ayudarán a cambiar el imaginario de este sector que ha sido reconocido como uno de los más peligrosos de Barranquilla.

“Siento honestamente que Barranquilla tiene dos realidades. Una es el Norte-Centro Histórico y el sur que está un poco olvidado, pero empecemos a trabajar y a hacer procesos, así sean pequeños, diminutos, pero que se vean cambios significativos. No solamente embellecer la parte física sino la social en los ciudadanos”.

Su propuesta consistió en unir el arte con el trabajo comunitario para pintar en co-creación con los vecinos del barrio un mural a gran escala que contara la historia del lugar.

“Lo que hicimos fue googlear esa tarde y me encontré con este término que es ‘Placemaking’ que es hacer ciudad apoyándose en el arte y la cultura. No dudé en postularlo en la convocatoria de ese entonces de la Cámara de Comercio que se llama Imagina Barranquilla y de 353 ideas la mía resultó ganadora con una propuesta de intervención del espacio público con La Cuadra Bacana”.  

Laura resalta que gracias a estos espacios colectivos los vecinos han sido claves en todo este proceso de cocreación sin el  accionar de la comunidad no hubiera sido posible todo este proceso.

El emprendimiento social en Barranquilla ha sido un movimiento relativamente nuevo que ha comenzado a crecer en esta capital y está siendo liderado por varios jóvenes a nivel local que trabajan como lo dice Laura de manera desarticulada y de forma individual pero con intereses comunes entre sí.

“Con la fuerza de la innovación social, uno puede hacer más impacto uniendo masas con el sector público, privado, academia y eso ha sido clave para la ‘Cuadra Bacana’ porque me di cuenta que no puedo trabajar sola. Entonces comencé a tocar puertas donde todos somos comunidad y cualquiera puede crear comunidad”.

A raíz de la pandemia, también surgió otra de las ideas de Laura titulada como el ‘Escuadrón Bacano’ que en medio de la coyuntura contra el coronavirus fue una acción colectiva desarrollada también en el barrio La Luz.

“Resultó ser un momento de eureka donde se nos ocurrió ir casa a casa, cuadra a cuadra con mensajes de autocuidado, pedagogía, higiene y sobre todo de acompañamiento psicosocial. Nos dimos cuenta que no podíamos dar un acompañamiento con alimentos y tapabocas únicamente porque también debíamos acompañarlos en su dolor, comprender sus necesidades y escucharlos en este momento de caos”.

Para la elaboración del mural se realizó una votación con la comunidad con la cual se escogieron los elementos que se querían plasmar en esa pared  y se realizaron diversos talleres creativos para construir entre todos esos imaginarios del barrio teniendo en cuenta los objetivos de la ODS y utilizando lenguaje propio para llegar al público impactado.

Este primer mural comunitario resultó desarrollándose con un gran éxito en esta convocatoria que contó con la participación de más de 200 personas vecinas del sector.

“Mi sorpresa fue la construcción de un mural a cielo abierto de 400 metros cuadrados con identidad local durante dos días de intervención. Me sorprendió porque ese mural está cargado de cosas bacanas del barrio, que hicieron historia en ese sector y que están orgullosos de compartir. Por ejemplo pintaron desde el bicitaxi hasta las piernas del jugador de Junior Teófilo Gutiérrez, una figura de la cual nos sentimos orgullosos”.

A partir de esta inmersión en este territorio Laura estudió que en La Luz sus habitantes tienen dinámicas arraigadas de economía informal desde el bicitaxismo, las ventas de frutas y del popular y emblemático plato barranquillero del arroz de lisa que vende carros ambulantes por toda la ciudad y hace parte de la gastronomía local, entre otros emprendimientos. “El barrio La Luz concentra la mayoría de vendedores de arroz de lisa de Barranquilla y comenzamos a pensar en cómo podemos apoyar a estas personas para crear crowfunding y así tocar puertas. Eso creó un vínculo más sólido de amistad, de llavería, de vecinos, de familiaridad con una conexión y una cercanía para recuperar ese sentido de vecindad”.

Incluso pudo conversar con los vecinos quienes le preguntaron si estaban interesados en convertir la cuadra a intervenir en un espacio modelo e ideal de limpieza y de ordenamiento urbano en Barranquilla.

“Ellos se acercaban y me preguntaban ¿qué hago para que mantengan limpio este sector y no se orinen la pared? Por ejemplo, ellos mismos dijeron que si pintan la pared y mantienen limpia la cuadra no la van ensuciar. Lo importante es escucharlos. Hicimos un distrito creativo chiquito y ahora nos dicen que tenemos nuestro propio malecón en el sur también”.

Esto llevó a que el proyecto de Laura resultara también reconocido por el Banco Mundial BID como idea creativa en la ciudad.

“La cuadra bacana es un estilo de vida, una forma de pensar, de crear positivamente espacios de cocreación comunitaria”.

Para Laura conocer las experiencias y estar en contacto con los 130 jóvenes integrantes de los procesos de LISA, de USAID y de ACDI/VOCA en este espacio virtual ha sido una experiencia significativa para ella al poder compartir con otros líderes que en Colombia buscan cambiar sus entornos.

“Comparo la experiencia de LISA como con la casa de Tony Stark de Marvel donde los superhéroes se preparan para seguir transformando el mundo y para mejorar sus habilidades, conocerse entre sí y ver que hay otros seres que hablan el mismo idioma”.

De igual forma Laura resaltó que con esta aceleradora ha conseguido ganar confianza y creer en ella y que sus ideas pueden mejorar comunidades hacia el bien común.

“Hace dos años que comencé con la ‘Cuadra Bacana’ y no creía que yo era un líder, pero al entrar a LISA y ver a otros como yo me di cuenta que en realidad si estaba gestando liderazgo y comencé a creer en mi papel como líder y en LISA no solamente te preparan en lo personal sino en lo profesional”.

El Laboratorio de Innovación Social Adaptativo, LISA, de USAID y ACDI/VOCA, le da formación a Laura y a los otros 129 jóvenes seleccionados en cuatro aspectos: formación, técnicas y competencias para la vida; Empoderamiento, brindar apoyo psicosocial y gestación del liderazgo propio; acompañamiento, presencia continua de mentores que fortalecen sus proyectos; y contactos, que les brindan una red de personas aptas para el cumplimiento de sus objetivos.

Para Laura también ha sido fundamental el apoyo psicológico que LISA le ofrece. “Me marcó mucho una clase en la que aprendí a cómo meditar y a conocer técnicas de yoga. Eso nunca lo había experimentado, porque vamos a afrontar situaciones muy fuertes y aprendimos a cómo tener la sabiduría y el entendimiento para poder tomar la mejor decisión. Ojalá que se repita LISA porque necesitamos como jóvenes tener más ecosistemas y oportunidades como esta”.

En el proceso de construcción, en el marco de la aceleradora de liderazgos LISA, de USAID y de ACDI/VOCA Laura desea replicar su modelo de la ‘Cuadra Bacana’ en otros sectores de Barranquilla e incluso en otras ciudades del país y del mundo donde “más allá de las diferencias seamos juntos una sola gozadera”, concluyó Laura.

Sobre el Programa de Alianzas para la Reconciliación de USAID y ACDI/VOCA

Es una iniciativa de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y ACDI/VOCA que promueve alianzas transformadoras para generar acciones de movilización e integración económica, social y cultural en 24 municipios y ciudades con mayor presencia de población migrante venezolana, y de gran importancia para la reconciliación. Además, buscan resaltar la importancia de la memoria e identidad como herramienta de transformación y crear agentes de cambio inspirados en cuatro pilares: Confianza, Respeto, Empoderamiento y Diálogo.